15.1.08

Más de la mitad de la población no tiene acceso a las herramientas de creación de riqueza

Por Michael Rowan

Ocho años atrás, un barril de petróleo costaba 10 dólares; hoy vale 100 dólares. Al Gobierno le entró tanto dinero que es difícil imaginarlo, pero la deuda nacional se cuadruplicó. Si los enormes ingresos petroleros inesperados del Gobierno se hubieran invertido racionalmente en la gente, ya se habría podido eliminar la pobreza y la corrupción. Pero no se hizo.

Hacer que los pobres generen nueva riqueza no requiere mucha ciencia. La gente necesita herramientas para crear riqueza. Éstas son educación, propiedad privada, empresas, créditos y tecnología, por ejemplo en forma de computadoras. Para trabajar con estas herramientas, la gente necesita un entorno de libertad y seguridad bajo protección de la ley. La ley también puede aniquilar la corrupción en el Gobierno si elimina los monopolios estatales y crea controles independientes que repriman los abusos del poder por parte del Ejecutivo. Mantener un ambiente de justicia tampoco es un secreto: la mayoría de las naciones han alcanzado esta meta. Venezuela no. Más de la mitad de la población aún no tiene acceso a las herramientas de creación de riqueza, y el entorno para usarlas es un caos total. En lugar de descentralizar el poder, el Gobierno ha fortalecido sus monopolios, en los cuales la corrupción prospera de manera natural.

Este Gobierno ha desperdiciado ocho años y 500 millardos de dólares. El hecho de que los gobiernos anteriores también desaprovecharan su oportunidad de resolver los problemas de Venezuela no es excusa. No hay excusa para la tasa de inflación más alta del continente. No hay excusa para que se registren más homicidios que en Irak. Ni para derrochar 100 millardos de dólares fuera de Venezuela. Ni para que el comercio de drogas se haya quintuplicado. Ni para que una familia sufra de pobreza, mucho menos una de cada dos o tres. Ni para la carencia de viviendas, empleos y condiciones sanitarias decentes. No hay excusa para los patéticos servicios que prestan las escuelas y los hospitales públicos, así como las misiones.

¡Ya está bueno de las películas de Oliver Stone y Danny Glover! ¡De las entrevistas a Naomi Campbell y Sean Penn! ¡De lloriquear y considerarse víctima de un mundo malo! Crece, ponte a trabajar, recoge la basura, para el crimen, castiga a los corruptos y dale a los pobres las herramientas para que ellos mismos salgan de la pobreza y la miseria.

El Universal
michaelrowan22@gmail.com
Traducción: José Peralta

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