Escribe en Tumba de Vivos Alejandro Angulo Oliveros: "La India es de un contraste sobrecogedor. Entre la pobreza más doliente y el lujo más asiático. Entre la pasividad de los más y la brillante pujanza de la actual intelectualidad hindú. Y entre la quietud de máxima belleza arquitectónica del Taj Mahal o más esplendoroso monumento fúnebre y el bullidor caos viario: crúzanse mares de personas, bicicletas y moto-taxis; a veces también vacas, búfalos, camellos, chivos, "búgalos", perros y hasta elefantes.
Los carros, buses y camiones, que además siempre tocan corneta, parecieran nadar en ese hormigueante vértigo".
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