13.12.06

209 millones de pobres en América Latina

Se espera que este año haya disminuido la pobreza en el sur del continente, dice la CEPAL

En los últimos cuatro años (2003-2006) América Latina ha mostrado un notable desempeño económico y social. Este período ha sido el mejor en 25 años en términos de progreso en la reducción de la pobreza, disminución del desempleo, mejora en la distribución del ingreso en algunos países y aumento en el número de puestos de trabajo.

Esta tendencia positiva en la región se ve reflejada en las últimas estimaciones de pobreza e indigencia, las que dan cuenta de una nueva reducción en el 2005, por tercera vez en forma consecutiva. Según las últimas cifras disponibles, ese año el 39,8% de la población de América Latina y el Caribe se encontraba en situación de pobreza (209 millones de personas) y un 15,4% (81 millones de personas) en pobreza extrema o indigencia. Esto representa una caída de más de cuatro puntos porcentuales en relación a 2002, año en que el porcentaje de pobres se ubicó en el 44% de la población y el de indigencia en 19,4%.

En el informe de la CEPAL Panorama social de América Latina 2006, dado a conocer hoy por su Secretario Ejecutivo, José Luis Machinea, se presentan también proyecciones de la magnitud de la pobreza para 2006. Se prevé que el número de personas pobres y en extrema pobreza volverá a disminuir, alcanzando el 38,5% de la población (unos 205 millones) y el 14,7% (79 millones), respectivamente.

Si se compara con las mediciones efectuadas en 2001 y 2002, un número importante de países presentó reducciones en sus tasas de pobreza e indigencia. Los mejoramientos más significativos se dieron en Argentina (26% de pobreza en el período 2003/2005, contra 45,4% en 2000/2002) y Venezuela (37,1% en 2003/2005, contra 48,6% en 2000/2002). Asimismo, Colombia, Ecuador, México y Perú presentaron disminuciones de cerca de cuatro puntos porcentuales.

Si bien el progreso general de América Latina es alentador, "no se debe olvidar que los niveles de pobreza siguen siendo muy elevados y que la región todavía tiene por delante una tarea de gran magnitud", indica la CEPAL en su informe.

A partir de estas estimaciones de pobreza, la CEPAL realiza en su informe un nuevo examen del progreso de los países de la región hacia el logro del primer Objetivo de desarrollo del Milenio (ODM) de las Naciones Unidas: erradicar la pobreza extrema y el hambre para el año 2015. La disminución proyectada de la pobreza extrema para el 2006 corresponde a un avance de 69% hacia la consecución del primer ODM. De esta manera, puede decirse que la región como un todo se encuentra bien encaminada en su compromiso de reducir a la mitad la pobreza extrema para el 2015.

Por otra parte, si bien desde una perspectiva de largo plazo la desigualdad del ingreso tiende a mantenerse en la región, existe en los últimos seis años una mejora bastante generalizada particularmente en cuatro países: Brasil, El Salvador, Paraguay y Perú.

El informe también se compara las mediciones de pobreza absoluta y pobreza relativa.

En esta edición del Panorama social se examinan además los cambios en los principales indicadores del mercado del trabajo y se comparan las tendencias del período 1990-2002 con las del último trienio (2003-2005). En este ámbito, la CEPAL concluye que la recuperación de los empleos y parcialmente de las remuneraciones de los últimos años no fue acompañada por un cambio significativo en la calidad de los nuevos puestos de trabajo.

Asimismo, se hace presente que con los actuales niveles de cobertura de los sistemas de seguridad social basados en el empleo, no es posible progresar hacia una modalidad universal de jubilaciones y pensiones que otorgue prestaciones mínimas con un financiamiento suficiente en el largo plazo.

En el informe la CEPAL aborda también dos temas de especial relevancia para la región: las desigualdades sociodemográficas que afectan a los pueblos indígenas y los cambios que ha experimentado la composición de las familias latinoamericanas.

Con respecto a los pueblos indígenas, la CEPAL destaca dos hechos centrales: la irrupción de estas comunidades como activos actores sociales y políticos, y el proceso de consolidación del estándar internacional de derechos y sus implicancias para las políticas públicas. La complejidad de las poblaciones indígenas y la persistente inequidad y desigualdad que las afectan plantean un gran desafío a las democracias del siglo XXI en materia de reformas estatales y de políticas, señala el informe.

En tanto, en su capítulo sobre Agenda Social, el Panorama social de América Latina presenta un diagnóstico de las transformaciones de la estructura familiar y examina las políticas y programas orientados a las familias de la región. Se constata una cada vez mayor heterogeneidad de los tipos de familias, en donde los hogares unipersonales y monoparentales con jefatura femenina tienen una gravitación creciente.

Estos cambios exigen superar las actuales limitaciones que se observan en la institucionalidad pública encargada de los temas de familia en la región y generar un nuevo enfoque de las políticas y programas de los gobiernos hacia las familias.

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