17.7.06

¿Quién se roba la diferencia?

Venezuela tiene una economía de 100 millardos de dólares, lo que traduce un “per cápita” teórico de 3.800$, pero tiene 75% de familias pobres que viven con menos de 5$ diarios. ¿Quién se roba la diferencia?

Michael Rowan escribe: “Un país no es independiente hasta que sus familias tienen libertad económica. Esto no ocurre en Venezuela, donde el Gobierno encajona a la población en la dependencia económica. La verdadera independencia se puede alcanzar si se invierten los ingresos petroleros de manera sensata para liberar a la gente.

El Presidente debe dejar de gastar tanto dinero fuera del país y en un gobierno corrupto y comenzar a invertir dinero directamente en las familias pobres para estimular a creadores de riqueza económicamente libres y autosuficientes.

Si se invirtiera 48 millardos de dólares en seis millones de familias venezolanas dotadas de títulos de propiedad, planes de negocios familiares e incorporación a empresas, la economía duplicaría sus dimensiones y la pobreza desaparecería en pocos años. Pero en lugar de eliminar la pobreza y la corrupción como prometió en su campaña de 1998, el Presidente ya ha gastado o comprometido 36 millardos de dólares en el extranjero y fracciones de esa cifra en un gobierno corrupto, y sólo una miseria se filtra a esos seis millones de familias.

En los próximos años, pudiera gastar varios cientos de millardos de dólares de la misma forma. (…) La idea de que la autosuficiencia fomenta la libertad humana y de que la libertad humana exige las herramientas de la autosuficiencia, no es nada nuevo. “La libertad es el mayor fruto de la autosuficiencia”, escribió Epicúreo hace 2.400 años”.

Midas al revés

“Entre 1927 y 1957, la economía venezolana creció 10% al año, mientras la población crecía 4%. Eso significó un crecimiento real similar al logrado por los tigres asiáticos en décadas recientes. Entre 1950 y 1957, la economía venezolana creció 87% mientras que en el mismo período el “milagro” alemán, aclamado mundialmente, logró un crecimiento de 76%, 11 puntos por debajo de Venezuela.

Estos impresionantes datos fueron recientemente citados por el economista Hugo Faría. Lo ocurrido posteriormente en Venezuela es un milagro al revés. Nuestros políticos “democráticos” decidieron redistribuir la riqueza, para lo cual estatizaron la industria petrolera, destruyeron el valor de la moneda politizando al Banco Central y envilecieron el sistema judicial con la venta de sentencias al mejor postor, todo lo cual abrió las puertas al “socialismo del siglo XXI”, donde Chávez, con todas las riendas del poder en sus manos, agudiza la reforma agraria, el control de cambios, los impuestos, la devaluación y los ataques a la propiedad y a la libre expresión, a la vez que financia sus fantasías imperiales con el petróleo “nacionalizado” que supuestamente pertenece a todos los venezolanos”.

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