24.12.05

Niño Jesús: NO VENGAS


Este año, el diario EL TIEMPO de Bogotá, ofreció a sus lectores un editorial de Navidad inusual: Es el primer editorial firmado que han publicado.

Se trata de una carta al Niño Jesús -allá lo llaman "Niño Dios", escrita por un participante en Código de Acceso, programa de esta casa editorial, la Fundación Restrepo Barco y Plan Internacional, que desde 1999 enseña periodismo a jóvenes de estratos bajos de cuatro ciudades y 22 zonas rurales del país, de Malagana a Tadó, y por el cual han pasado más de 600 muchachos.

"Decir al Niño Dios que no venga es triste, pero realista: para muchos niños, las vitrinas son solo para mirar. Papá Noel y el Niño Dios no les traen nada. Sus padres no pueden comprar nada. La Navidad, fecha de regocijo, fiesta y regalos para algunos, es frustración, no alegría, para demasiados otros. Por eso, este homenaje a los miles de niños colombianos para los cuales su Navidad es privación, no fiesta", indica la introducción.

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Querido Niño Dios, ya se aproxima el día de tu visita anual, y si quieres un buen consejo, lo mejor sería que este año no vinieras.

En días pasados, Unicef publicó el informe anual sobre la situación de los niños en el mundo, y está de miedo. Los problemas que afectan a los chicos son cada vez más grandes, y nada permite pensar que vaya a revertirse esta tendencia.

Para que te hagas una idea: a más de la mitad de los menores del mundo se los priva de la crianza sana y protegida que promete la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada 16 años atrás y ratificada por casi todos los gobiernos.

Doscientos 70 millones de niños no tienen servicios de atención de la salud, 1,2 millones son víctimas de la trata de personas, y 2 millones, en su mayoría niñas, están sometidos a explotación sexual.

Uno de cada diez pequeños muere antes de cumplir 1 año, y uno de cada seis, antes de cumplir 5 años. Los que sobreviven se enfrentan a un verdadero vía crucis, como el tuyo.

Se calcula que 171 millones de niños –de los cuales 73 millones son menores de 10 años– trabajan en situaciones peligrosas, entre ellas con químicos y pesticidas en la agricultura, con maquinaria o en minas.

Estos chicos corren un grave riesgo de sufrir lesiones o enfermedades y de morir sin haber recibido educación. Asistir a la escuela y completar la formación básica continúa representando un gran desafío para los niños pobres.

Ciento 40 millones, en su mayoría niñas, nunca han ido a la escuela, tanto así que una de cada dos en edad escolar no ha empezado la primaria. Y no es que se queden viendo Bob Esponja o ‘chateando’, pues, en el mundo, 300 millones de menores no pueden acceder a la información y el entretenimiento mediático.

¿Te acuerdas de cómo eras de pobre? Pues en Latinoamérica hay 110 millones de niños más ‘vaciados’ que tú, que no tienen estrella que los alumbre, ni burro o buey que los caliente, ni nada.

En la región, dos de cada cinco personas que viven en extrema pobreza son niños. Como consecuencia directa, uno de cada tres menores de 5 años –42 millones– tiene bajo peso de moderado a grave y 8,8 millones de niños sufren desnutrición crónica, que afecta su calidad de vida en términos de salud, educación y desarrollo integral. A ti por lo menos te dieron un nombre.

En estos tiempos, más de 50 millones de niños comienzan sus vidas sin ninguna identidad. En algunas zonas de América Latina y el Caribe, por ejemplo en la región amazónica del Ecuador, solo el 21 por ciento de los menores de 5 años tiene registro civil, mientras el promedio nacional es de 89 por ciento.

En el 2003, 15 millones de niños de la región carecían de este documento. Te cuento que, en el mundo, 15 millones de niños han quedado huérfanos a causa del sida, y en esta parte del continente la cifra llega a los 752.000.

Desde 1990, los conflictos han cobrado las vidas de 3,6 millones de personas, de las que más de 45 por ciento fueron niños y niñas. El conflicto en Colombia este año desplazó a 115.000 personas, muchas de ellas niños, y los grupos armados tienen en sus filas a miles de menores.Como ves, ser un niño es la forma de existencia más peligrosa que se conoce hoy.

Todos los estamentos de la sociedad –familia, Gobierno, maestros, Iglesia, medios de comunicación– tienen un papel que desempeñar para evitar el abuso y asegurar que los niños dejen de ser invisibles u olvidados siempre, salvo a la hora de violar sus derechos.

Los chicos necesitan con urgencia un ambiente que los ampare contra el peligro y les permita vivir como lo que son. Pero en el mundo no existe tal ambiente, y en Colombia, donde algunos padres violan, envenenan o tiran de un tercer piso a sus hijos, menos todavía. Por eso, querido Niño Dios, piénsalo dos veces y mejor no vengas este año.

Pero, si de todas maneras decides venir, como seguramente lo harás, trata de hacer felices sobre todo a esos miles de niños que anhelan lo que ven en las vitrinas hoy en Navidad, y que ni ellos ni sus papás pueden comprar.

Sobre la foto del post:
Obra atribuida a Juan de Mesa, hacia 1625. Es una escultura en madera policromada de 63 cm de alto ubicada en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla.
Según el profesor Hernández Diaz, esta figura infantil, que atribuye al cordobés Juan de Mesa, deriva del pequeño Jesús que labró Juan Martinez Montañez en 1606 para la Hermandad Sacramental del Sagrario, de la Catedral de Sevilla.
En actitud de bendecir con su mano derecha, la ternura del rostro infantil cuya cabellera, de movida moña o tupé montañesino, imanta la atención del espectador. La tersura de su piel contrasta con la roca de su peana.

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